El Corazón del joven José Antonio Garrido Casado, dejo de palpitar dejando volar al viento las esperanzas de agarrase a la vida.
Triste final para un luchador que derrocho ganas de vivir superando con el apoyo familiar las dificultades y adversidades que un destino cruel, le fue arrebatando año tras año.
A pesar de la maldita enfermedad. José Antonio Garrido Casado llegó a Isla Cristina siempre con una sonrisa, con muchas ganas de enseñarnos sus Abrazos de Gol… Fue para nosotros una lección de superación, amor y fuerza, demostrando que no se lo pondría nada fácil, y así fue como el brillo de sus ojos como soles, llenos de alegría fue cautivando a todos, por esas ganas de abrazar el árbol de la vida.
Cogiste la autopista hacia el cielo con las maletas llena de gratos recuerdos familiares. La llamada de Dios es imposible de rechazar, aunque la pena inunde a tus seres queridos que tanto te aprecian y te quieren, por buen hijo durante el tiempo que disfrutaste entre nosotros. Solo me despido de ti con un hasta luego, porque sabes que tu recuerdo permanecerá en nuestros corazones mientras vivamos. Adiós Campeón.
