Las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) “Caballa y Melva de Andalucía” han visto reducida sus ventas a lo largo del 2021 alrededor de un 20 por ciento respecto al año anterior debido, principalmente, a la falta de materia prima y la bajada del consumo.
En declaraciones a EFE, el secretario general del Consejo Regulador de las IGP, Manuel Becerra, ha apuntado que en 2020, el confinamiento contribuyó a aumentar el consumo, ya que la gente, al no poder salir con normalidad de sus casas buscaba tener en ellas productos no perecederos y “eso ayudó a incrementar las ventas”.
Ese incremento, sin embargo, no se ha mantenido este 2021, un año en el que además, han tenido que hacer frente a una falta de materia prima que ha condicionado su volumen de producción.
En el caso concreto de la caballa, en 2021 se han vendido algo más de 5,2 millones de latas frente a los 6,64 millones de 2020, ha indicado Becerra, precisando que ha sido en este producto donde más se ha dejado notar la falta de materia prima.
“Hemos tenido el problema de que no había caballa y no podíamos fabricar a un ritmo normal; nuestra impresión es que el pescado se está yendo a otros mercados, a un mercado donde hay menos mano de obra, donde se compra todo porque todo vale y nosotros acudimos a mercados más selectivos”, ha dicho.
Por lo que respecta a la melva, ha apuntado que se ha dejado sentir menos esa falta de materia si bien sí que se ha registrado también un descenso en las ventas pasando de las 950.000 que se vendieron en 2020 a las algo más de 810.000 de este año.
El Consejo Regulador (CR) de las Indicaciones Geográfica Protegidas (IGP) ‘Caballa y Melva de Andalucía’ fue creado en abril de 2009 y actualmente aglutina a cuatro empresas y más de una decena de marcas en las localidades de Ayamonte e Isla Cristina (Huelva) y en Tarifa.
