23 abril 2024

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La Selección ‘clandestina’.

La Selección ‘clandestina’.

El fútbol femenino no fue oficial en España hasta 1980. Un reconocimiento que llegó años después del nacimiento de la mal llamada Selección ‘clandestina’.

El fútbol femenino español ha gozado en los últimos años de un crecimiento imparable. Han sido tiempos de lucha, en los despachos y en los campos, y también de innumerables éxitos. Unos logros que se deben al arduo trabajo de jugadoras, instituciones, clubes…, pero también de todos aquellos pioneros y pioneras que dieron los primeros pasos en esta categoría. De su lucha se cumplen ya varias décadas, concretamente medio siglo. Y pocos conocen sus nombres, pese a la importancia que tuvieron para esta disciplina. Atrás quedan los portazos de las instituciones, los sacrificios personales sin ningún beneficio económico e incluso una mal llamada Selección ‘clandestina’. A esta última le costó ganarse el respeto de la entonces Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y sus primeras jugadoras internacionales han encontrado reconocimiento por parte del actual ente federativo casi en nuestros días (noviembre de 2019).

Para conocer el inicio del fútbol femenino en España hay que remontarse a principios de los años 70. Entonces, España se encontraba sumergida en una larga y ya debilitada dictadura, que comenzaba a encarrilar el camino a su fin. Eran años de protestas, de revolucionarios y, sobre todo, de revolucionarias. La mujer, relegada a tareas del hogar y a cuidar a los niños, comenzaba a alzar su voz. Ellas también querían estudiar en las universidades, trabajar fuera de casa, tener su independencia e… incluso jugar al fútbol. Esta última corriente se había generalizado por muchos países, consiguiendo que en 1970 la UEFA reconociera oficialmente el fútbol femenino como nueva disciplina.

Lola Flores, con la equipación del Betis, en el partido de Folkróricas contra Finolis.

Lola Flores, con la equipación del Betis, en el partido de Folkróricas contra Finolis. Garbo

Con aquellas pioneras, el fútbol femenino resurgió de sus cenizas en España. No nacía, puesto que tanto en la II República como en el periodo de entreguerras esta disciplina dejó algunos conatos, ahogados más tarde por el franquismo. Lo que sí que hizo fue emerger con más fuerza. Los primeros partidos llegaron, ante el asombro de muchos y el rechazo de otros. En este sentido, hay que distinguir que surgió en aquel entonces dos tipos de fútbol femenino: el fútbol practicado de forma seria, con entrenamientos varios días a la semana y con una organización capaz de “sortear” las dificultades impuestas por la sociedad machista del momento; y un fútbol femenino “de ocasión” propiciado por el oportunismo y la novedad, que no buscaba más allá de calcular alguna buena taquilla, sin mayores perspectivas de futuro, como por ejemplo el partido de ‘Folklóricas y Finolis’, con artistas del nivel de Lola y Carmen Flores, Gracia Montes, Marujita Díaz, Rocío Jurado, Encarnita Polo, etc. entre sus jugadoras. Lejos de ayudar al fútbol femenino, esta y otros tantas citas de tal índole, contribuyeron a un desprestigio de la figura de la futbolista en nuestro país.

Tal fue la corriente, de uno y otro tipo, que desde la Sección Femenina de Falange se ordenó sabotear cualquier partido o iniciativa en pro del fútbol femenino. Esta organización fue la punta de un iceberg que logró acabar con la efusividad con la que algunos levantaban los cimientos de esta disciplina en España. “Pero la semilla ya estaba echada. Y clubes consolidados se abrían paso en toda la geografía española: Olímpico Villaverde, Espanyol de Barcelona, Marcol de Valencia, Fuengirola, Isla Cristina, Peña Barcelonista Femenina, Sizam y tantos otros… Una verdadera revolución que fue origen de lo que es hoy el fútbol femenino español”, destaca en una entrevista a AS Rafael Muga, cuya figura es clave para entender el crecimiento de esta categoría en el ámbito nacional. Nacido en Badajoz, compaginó siempre su vida con el fútbol, en el que empezó a entrenar a juveniles y adquirió gran experiencia como organizador de torneos.

El primer partido, con 8.000 personas en las gradas

“Al finalizar el acontecimiento me vi obligado a pasar por el Cuartel de la Guardia Civil de Villaverde”

Rafa Muga, en una entrevista a AS.

Madrid, 8 de diciembre de 1970. El fútbol femenino irrumpía en España, con el primer partido disputado de esta disciplina. Fue en el Campo de fútbol de Boetticher, situado en el barrio madrileño de Villaverde y la cita congregó nada más y nada menos que a 8.000 personas en las gradas. Sobre el campo, quedaban dos pioneros de esta categoría, el Sizam y el Mercacredit (más tarde pasó a llamarse Olímpico Villaverde). Todo estaba bajo la organización de Rafa Muga, que era también presidente del Mercacredit y que cuenta a AS que el éxito fue tal que desbordó cualquier previsión inicial. Al término del partido y los días posteriores las peticiones de admisión se multiplicaron.

Las sorpresas no quedaron ahí. El encuentro acabó con gran aclamo popular, pero también con incredulidad por parte de las autoridades. Ya saben eso de que lo nuevo a veces asusta. Y que unas mujeres jugaran un partido con gran expectación en aquella época era, cuando menos, extraño. “Al finalizar el acontecimiento me vi obligado a pasar por el Cuartel de la Guardia Civil de Villaverde. La verdad es que iba bastante asustado, pese a que me acompañaron unas 50 personas. Allí me esperaba el Comandante del puesto, que aún no acababa de creerse que se hubiera celebrado un partido de fútbol femenino”, recuerda Muga, que fundó también una revista de fútbol femenino en España. “Se distribuía de manera gratuita por toda España, principalmente en la provincia de Madrid y en Cataluña, y fue clave para la difusión del fútbol femenino en todo el territorio nacional”, destaca, tras admitir que fue un “adelantado a su época”.

Rafa Muga se convirtió en el gran organizador

La mujer en camiseta y pantalón no está muy favorecida. Cualquier traje regional le sentaría mejor”

José Luis Pérez-Payá, expresidente de la RFEF, en 1971.

Aquel partido en Villaverde marcó el inicio de un largo camino que llega hasta nuestros días. El siguiente paso de Rafa Muga y otros tantos pioneros y pioneras fue lanzar la primera Selección, que tuvo un origen clandestino, sin reconocimiento de una RFEF que vivió en el negacionismo hasta los años 80. El entonces presidente del ente federativo, José Luis Pérez-Payá, se refería en 1970 a esta categoría en los siguientes términos: “No, no estoy contra el fútbol femenino, pero tampoco me agrada. No lo veo muy femenino desde el punto de vista estético. La mujer en camiseta y pantalón no está muy favorecida. Cualquier traje regional le sentaría mejor”.

Periódico partido en Córdoba entre España e Italia.

 

Periódico partido en Córdoba entre España e Italia. Rafa Muga

Poco importaron a Muga y sus jugadoras estas palabras. El de Badajoz reunió un equipo formado por jugadoras procedentes desde todos los puntos de España para encauzar el camino de la primera Selección, esa que vivió en la clandestinidad durante nueve años. El 21 de febrero de 1971 se celebró el primer partido internacional de España ante Portugal en el estadio de La Condomina. Con una igualada a tres en el marcador, lo deportivo pasó a un segundo plano ante problemas de toda clase: falta de organización, sin contratos a la vista; oposición frontal de la Federación Murciana, con su presidente en las puertas del estadio intentando paralizar el partido; y ni el mismísimo colegiado Sánchez Ríos tuvo garantizado el arbitraje, que se vio obligado a realizarlo con un chándal, sin el uniforme federativo a petición de la RFEF. Sin duda, el encuentro estuvo rodeado de mucho ruido. Aún así, nuestras representantes españolas en aquella cita quedaron fijadas en la historia de nuestro fútbol. El once inicial estuvo formado por: Kubalita, Virginia II, García, Herrero, Feijóo, Angelines, Vázquez, Virginia I, Cruz, Conchi Amancio y Laura.

“No hay palabras para describirlo. Éramos ajenas a toda la espiral que había en contra del fútbol femenino. Cuando jugamos en La Condomina, la Sección Femenina de La Falange dijo que el partido no se iba a jugar y lo dijo con La Condomina llena de gente. Pero, nosotras no nos dábamos cuenta de todo aquello. Había una oposición de la RFEF que no cesó hasta que ahogó al fútbol femenino. Apagó todos los focos que habían surgido en el País Vasco, Valencia, Madrid…”, afirma a AS Carmen Arce ‘Kubalita’, primera portera internacional con España. La exjugadora, que se inició en el mundo del fútbol en su Valencia natal, tras ver un anuncio en el periódico, recibió este apodo por su parecido físico con Kubala, aunque finalmente fue portera. “Mi hermano era portero y yo quería ser portera, pero en un inicio me pusieron de extremo. Cuando me vieron en un descanso parar balones bajo palos, no se lo pensaron (risas). Me gustaba el apodo de Kubala, aunque mis ídolos entonces eran jugadores del Valencia. Me gustaban mucho Arconada y Reina (padre)“, cuenta.

Kubalita, exjugadora española.

Kubalita, exjugadora española. Carmen Arce ‘Kubalita’

El primer partido en suelo extranjero fue en Italia, que era entonces subcampeona del mundo. La cita se disputó en el estadio Comunale de Turín cinco días después de lo previsto (15 de julio de 1971) tras problemas burocráticos en el viaje. Con una asistencia de unos 7.000 espectadores y un resultado por 8-1 a favor de las italianas, uno de los datos más reseñables del partido fue que las españolas jugaron sin escudo en sus camisetas por desautorización de la Federación. Muga resta importancia a este hecho, que fue puntual, ya que en partidos posteriores sí que se portó el escudo nacional. “Particularmente no tuvimos ninguna “guerra” con la federación, que pasaba olímpicamente del tema, ignorándolo por completo. En consecuencia, resolvimos optar por la responsabilidad de hacer lo normal… pasase lo que pasase”, enfatiza.

Tras aquel histórico encuentro llegó el ‘Trofeo Adriático’, con dos partidos en Italia, Padova y Udine, y dos en España, Córdoba y Badajoz. “Aquellos partidos fueron un ejemplo a seguir cuando se planifica y organiza con seriedad y organización. Viajes en avión, hoteles de concentración, vestimenta adecuada, ropa deportiva con el escudo nacional, himnos, intercambio de banderines… En fin, lo que debería haber sido normal. Incluso el AS desplazó al periodista Miguel Miró a Italia, quien informó en tiempo real de todo el acontecer de la Selección”, subraya Muga.

 

El extremeño cuenta también el éxito que se registró en las dos ciudades españolas, con gran difusión mediática. Un buen recuerdo que comparte Kubalita: “Cuando yo jugué en Córdoba contra Italia, estuve en el tren de mercancías que venía de Barcelona y lo cogía en Valencia toda la noche sentada. Llegué a Córdoba a las 9-10 de las mañanas, jugué el partido y me volví de la misma forma a Valencia. Cuando veo aquel partido y me veo rodar por allí, digo, madre de dios. Pero, lo sentíamos mucho. Daba igual todo lo que nos rodeaba. Sólo queríamos jugar. Aquello fue muy especial y mereció la pena el sacrificio”.

Kubalita, en un partido entre España e Italia en El Arcángel de Córdoba en 1972.

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Kubalita, en un partido entre España e Italia en El Arcángel de Córdoba en 1972. Rafa Muga

Carmen, que posteriormente estudió enfermería y ha desarrollado una gran carrera profesional en varios países, asegura que su entorno acogió muy bien que jugara al fútbol. “En mi entorno había mucha curiosidad, pero yo lo tomé como algo positivo. Había personas que no eran respetuosas en las gradas, pero la mayoría iba a los partidos porque se habían enganchado al fútbol femenino. Yo no fui nunca protagonista de todos esos comentarios que salían en el NO-DO, por suerte. Pero, claro. Olvídate de que es fútbol. Estábamos en 1971 y cualquier aspecto de libertad o independencia de la mujer era impensable para las instituciones“, apunta la exportera española, que alaba la figura de Rafa Muga en el crecimiento y primeros años del fútbol femenino español.

España había logrado unirse a la corriente internacional en esta categoría. Un hecho que le llevó a ser invitada a participar en el Mundial de México de 1971 y, más tarde, a organizar el Mundial de 1972. ¿Se imaginan rechazar dos propuestas de este nivel a día de hoy? En 1971, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) lo hizo, con un no rotundo ante ambas propuestas. Las dos peticiones llegaron, como no podía ser menos, de la mano de Rafa Muga.

Dos Mundiales frustrados

“Asistir al mundial de México hubiera supuesto el espaldarazo definitivo al fútbol español y aún más si el de 1972 se hubiera celebrado en España. En cuanto al primero, recibí un comunicado de la Confederación Mexicana de Deportes. México DF., refiriéndonos sobre la predisposición y posibilidad de acudir al Mundial. El resultado y las declaraciones del presidente de la Federación, José Luis Pérez-Payá, es bien conocido. Recibí toda la información del Mundial y la final reunió en el Estadio Azteca a 100.000 espectadores“, lamenta el propio Muga, que prosiguió hablando sobre la posibilidad de celebrar el Mundial de 1972 en España: “El Gobierno ni siquiera respondió a este organismo. Por nuestra parte y, en comunicación con los organizadores, estábamos a la espera del resultado, que fue, como todos saben negativo”.

“Estábamos en 1971 y cualquier aspecto de libertad o independencia de la mujer era impensable para las instituciones”

Kubalita, en una entrevista con AS.

La resistencia de la RFEF con respecto a acoger en su seno al fútbol femenino duró hasta el 21 de octubre de 1980, momento en el que lo reconoció de manera oficial. “Hasta bien entrados los 70 intentamos por todos los medios legales a nuestro alcance”, revela Muga. De la oficialidad al primer partido oficial hubo que esperar tres años, siendo la cita el 5 de febrero de 1983 en la Guardia, también contra Portugal. El presidente nombrado al principio para llevar las riendas del fútbol femenino, A.Alberca, procedía del fútbol-sala y “no había visto en su vida un partido de fútbol femenino”, tal y como desvela Muga.

Dicen que más vale tarde que nunca. Y, en esta ocasión, el fin merecía mucho la pena… Y es que el pasado mes de noviembre, la Real Federación Española de Fútbol homenajeó a las primeras internacionales españolas. Bajo el lema “Somos por vosotras”, el máximo organismo del fútbol español quiso mostrar su admiración a las pioneras que hicieron historia con La Roja. Fue una gala muy emotiva en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas presidida por el presidente Luis Rubiales, que estuvo acompañado en esta ocasión por Alejandro Blanco, presidente del COE y María José Rienda, secretaria de Estado para el Deporte.

La RFEF saldó su asignatura pendiente

Al acto, celebrado en Madrid, acudieron jugadoras del primer combinado nacional de 1971. Fueron reconocidas 20 de las que disputaron los seis primeros partidos, las pioneras: Carmen Arce ‘Kubalita’, Amparo Herrera, Ana Seijo, Paquita Cruz, Virginia Cuñaz, Ángela Martín, Isabel Fuentes, María Oliva, María Ángeles Pérez, Marí Carmen Álvarez, Pilar Martín, Elisabeth Sánchez, Margarita Nuñez, Rosa Nacimiento, Ana María Astobieta, Marisa Conde, Isidoro Gavilán y por último Concepción Sanchez Freire. “Quiero agradecer a la Real Federación el homenaje que prepararon el pasado noviembre en las Rozas a las primeras internacionales de fútbol femenino españolas. Era, como lo expresé en el acto, la asignatura pendiente que, 50 años después, gracias al trabajo de la Federación y la inestimable ayuda de Iñaki Mikeo, y Alfredo Relaño, constituyó un emotivo y rotundo éxito”, expone Muga muy satisfecho. Su trabajo y el de todas aquellas luchadoras por fin se vio reconocido.

“Rafa Muga no se iba a morir sin conseguir que a nosotras se nos reconociera nuestra lucha. No ha parado hasta conseguir un homenaje. Lo de este hombre es increíble. La única ganancia que tuvo fue la satisfacción de ayudarnos. Ahora se nos ha puesto en el lugar que nos ganamos entonces, cuando teníamos todo en contra“, concluye Kubalita, que también quiso agradecer el buen trato recibido por Mikeo y la RFEF el pasado mes de noviembre. “Fue un acto precioso y me ayudó mucho a curar las heridas del pasado”, sentencia la primera portera internacional con España. Ella y todas sus compañeras por fin tienen el lugar que se merecen en la historia de nuestro fútbol. Ellas son el inicio del fútbol femenino español.

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