Hace tres años que nuestro amigo se encontraba de compra en un conocido supermercado isleño, cuando de repente la mirada le llevo hacia unos utensilios de pinturas expuestos en una estantería.
Ni corto ni perezoso se acercó comprobando la gran cantidad de diferentes tubos de colores mesclados con pinceles, paletas y lienzos, que allí se encontraban. Le hizo tanta ilusión que algo en su interior le impulso a comprarlos y de esta manera comenzó el viaje al maravilloso mundo de la pintura.
Son varios cuadros los que adornan los rincones de su casa, reflejándose en su mayoría nuestra Isla Cristina Marinera, a la que tantas veces le canta en sus actuaciones, así, como las mil y una letrillas que durante toda una vida con cariño y esmero ha compuesto para deleitarnos sobre los escenarios del carnaval isleño.
Ahora Antonio, nos presenta su nueva faceta de expresión artística, nacida con arte del interior del alma, que muy pronto verán la luz, expuestas en los caballetes de la ilusión.
El pintor mira el mundo sin veladuras. Y el ojo entrenado trata de cada día comprender todos los secretos del gran maestro. Solo hace falta pasión un pincel, 3 colores, 2 tonos.1 disolvente un trapito. El resto. Teoría y técnica llegan en el camino.
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