Balance positivo de la campaña de la sardina en Isla Cristina
Amanece sobre la Ría de Isla Cristina. Los pescadores se afanan en alijar los toneles repletos de sardinas. Durante la noche, las acopejaron con sacaderas y salabres desde las redes de cerco. Las cajas de poliestireno se van llenando de reflejos irisados, del gris al azul. Hay pesca y se respira alegría en el ambiente.
Estamos en el puerto de mayor actividad de Andalucía. El segundo, tras el de Vigo, en pesca fresca en España. Isla Cristina destaca por las artes de cerco, de la que dependen 22 barcos, y la sardina es su pescado insignia.
Ante los buenos datos de recuperación de la biomasa de la especie sardina pilchardus y tras la recomendación científica del Consejo Internacional para la Exploración del Mar, el Ministerio ha ampliado la cuota de pesca. En 2021, la flota española podrá capturar 13.500 toneladas. Casi el doble, más de 24.000, para el vecino Portugal,.
La cuota de sardina ibérica a disposición de la flota de cerco del Golfo de Cádiz ha quedado fijada en 5.300 toneladas. Esta cantidad supone un incremento del doble sobre el cupo inicial y duplica también al total que capturó el censo de buques el año pasado. Las 8.000 toneladas restantes han sido para la flota del Cantábrico que ya ha agotado su cupo. Como en Galicia sigue abundando la sardina, sus cerqueros pueden comprar cuota andaluza y transferirla.
La mejora de los caladeros viene de la gestión sostenible y conjunta que realizan España y Portugal. La recuperación de la población ha sido fruto de la responsabilidad del sector pesquero; y en especial de la flota de cerco del Golfo de Cádiz, que por tradición ha tenido mayores capturas de sardina que otras flotas.
Desde 2007 nos hemos estado autorregulando pero luego nos ha penalizado en el reparto. En lonja, sin embargo, la cotización de la sardina no ha sido buena. La caja de 6 kilos y medio no ha llegado a los 6 euros. La sardina ha estado muy mal de precio, con una media bajísima.
Además, gasoil, seguros sociales, cajas, hielo… con los gastos fijos, sólo zarpar ya conlleva un peso. Los armadores de cerco son partidarios de estirar la temporada, salvando la parada biológica, para restringir la oferta y presionar los precios al alza.
Las tripulaciones de los cerqueros son de unos 10 u 11 pescadores; cada uno aplicado a una tarea específica. Los marineros, aunque siempre entregan su esfuerzo, dependen de que se pesque para cobrar un porcentaje. En el resto de especies, el pulpo atlántico está ahora en veda. La chirla en plena temporada.
La Consejería de Pesca ha aumentado hasta las 2.500 toneladas las capturas de la especie para la temporada 21-22, con un tope diario de 180 kg de chirla para las dragas hidráulicas. En puntos de la costa onubense, a las chirlas se las conoce también como mechillones.
Cuando paladeemos ese arroz con marisco o esas sardinas a las brasas, imperdonable olvidar que esconden detrás los esfuerzos, peligros y fatigas de los trabajadores de la mar de Andalucía.
La recuperación de la sardina confirma también que la regulación, desde 2004, de la pesca en el golfo de Cádiz -limitando el esfuerzo pesquero y creando la reserva del Bajo Guadalquivir-, ha sido efectiva y está permitiendo la recuperación de su ecosistema.
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