Finaliza la segunda semana de proyecciones con el cuarto bloque de cortometrajes en competición. Avanzamos en la Sección Oficial de Cortometrajes y el alto nivel de producciones se mantiene. Muy difícil lo va a tener el Jurado Oficial y el Público para designar sus premios. En Islantilla estamos viendo muy buen cine bajo la Luna. Todo un lujo.
Domesticado
La noche se abría con este cortometraje andaluz escrito, producido y dirigido por Juan Francisco Viruega. La tragedia que Lorca no llegó a escribir. Un padre y un hijo viven en un cortijo aislado. Acaban de perder y enterrar a la madre. El silencio, el pudor y el hambre se instala entre ellos. Un belleza de producción con dos actores en estado de gracia. El joven Nacho Sánchez y el veterano Sebastián Haro. Juego de miradas, de silencio, o lo que es lo mismo, un duelo interpretativo excelente. La siempre eficaz fotografía de Alberto D. Centeno nos ayuda adentrarnos en esta tragedia andaluza. Gran comienzo de la noche del jueves.
El aleteo del colibrí
Einstein decía que nos movemos en un universo de cuatro dimensiones. Tres de ellas espaciales. Una… temporal. Esta última solo la experimentamos hacia una dirección. Esta es la interesante propuesta de la directora Meritxell A. Valls. Un juego de casualidades como si todos formásemos parte de un mismo juego. Adriá Collado, Igor Szpakowski y Helena Miquel dan vida a las piezas que Valls necesita para contarnos su historia. Y lo hace con un hábil manejo de la puesta en escena. Brillante realización para una impecable producción. El espectador no pudo pestañear hasta el final.
El alquiler
Historia de una pareja que, tras años intentando adoptar en España, deciden ser padres a través de la maternidad subrogada. Durante el proceso, sin embargo, descubren que no están tan unidos como creían. Escrita y dirigida por Pablo Gómez Castro, que sabe sacar lo mejor de sus tres actores protagonistas. Daniel Grao y Javier Rey por un lado y Manuela Vellés por otro. Juego de espejos o más bien de secretos. Los tres intérpretes dan lo mejor de sí. Fuertes a veces, vulnerables otras tantas. Y Gómez Castro los deja hacer, los modela hasta conseguir lo que quiere. Y eso se refleja en el buen trabajo que hay detrás.
El atasco
La presencia de la actriz Belén Rueda está siendo ya un habitual del Festival de Cine de Islantilla. Raro es la edición que no hay algún cortometraje protagonizado por ella. Incluso ha estado ya nominada al Premio Luna a la Mejor Actriz en alguna ocasión. Daniel Ruiz de la Torre dirige y escribe esta historia al servicio de ella. Un atasco camino de un entierro permite a la protagonista adentrarse en una profunda reflexión existencial. Con una omnipresente Belén Rueda, todo está contado desde su punto de vista, ella es la reina de la función. Ruiz de la Torre se pone al servicio de ella, consiguiendo sacar un excelente trabajo.
El atraco
Alfonso Díaz es otro de esos directores que siempre están en Islantilla. A veces como director y otras veces como distribuidor a través de su compañía Line Up Shorts. Su talento le hace merecedor de repetir con nosotros edición tras edición. ¿Qué ocurrirá cuando la crisis llegue a su apogeo y haya más atracadores que tabernas? Esta es la pregunta que Alfonso Díaz nos hace. Puro divertimento rodado con su exquisito estilo narrativo. Unos brillantes Juanma Lara y Aitor Merino dan la réplica que sus personajes necesitan. Pero quizás el gran acierto de este cortometraje sea haber apostado por el blanco y negro de la fotografía de Luis Ángel Pérez.
El beso
Un plano de plástico transparente corta una calle. Se puede ver lo que sucede al otro lado pero no se puede atravesar. Una pareja se encuentra allí. En tan solo tres minutos de duración, Eva Salmerón nos habla más del amor y sus dificultadas que otras tantas películas de larga duración. A través de ese plástico que separa pero a la vez deja ver a la pareja, Salmerón nos cuenta al detalle ese abismo que a veces separa a dos personas que se encuentran frente a frente. Y es que es imposible contar más con tan poca duración. Este es el arte del buen cortometrajista.
El fracaso
Bajo el sello de Tourmalet Films, Daniel Remón ha competido en Islantilla en pasadas ediciones tanto en cortometrajes como en largometrajes. Ya es todo un clásico en este Festival de Cine bajo la Luna. Dos ex novios se encuentran después de cinco años sin verse. Él se llama Andrés y es director de cine. Ella se llama Lucía y es actriz. A lo largo de la conversación se enfrentan al pasado. Sin abandonar el sello propio y fácilmente reconocible de Remón, nos habla de una historia de amor frustado en un escenario insólito que hace mantener alerta al espectador. Ingrid García-Jonsson y Francisco Reyes dan vida a la pareja que habla, habla y habla. Daniel Remón es un experto dialoguista y sus actores disfrutan de ello. Una joyita.
El mal amor
Marta, una prostituta alcohólica y drogadicta, y su hija Sandra de 10 años, llevan meses sin poder pagar el alquiler. Ante la inminente amenaza del deshaucio, Marta tendrá que tomar una decisión. A esta producción escrita y dirigida por Sergio García Román le tocó cerrar la noche. Una durísima historia que dejó helado al espectador ante el horror que mostraba la pantalla. García Román rueda con preciosismo en esta sórdida historia, dotando de belleza el enorme drama que hay detrás, con la ayuda de la excelente fotografía de Federico Taus. El dolor estuvo presente en el patio de butacas. El buen cine hizo su función.
