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Las marismas de Isla Cristina y sus literarios molinos de marea

Ecomuseo del Molino Mareal “el Pintado”

La capacidad del hombre para sacar partido de la naturaleza alumbró estos ingenios que dieron trabajo y pan durante siglos en un paraje natural hoy protegido.

Los famosos molinos de los que se hablaba en el Quijote se plantaban en la parte más árida y ventosa de la región manchega, mientras que los molinos andaluces vivían en zonas de marisma y desembocadura de ríos, sensibles a los movimientos de las mareas y de fácil acceso para el hombre. Uno de estos parajes de belleza singular son las marismas de Isla Cristina.

Situadas entre esta localidad y la próxima Ayamonte -se puede llegar andando de una a otra por este territorio-, reflejan la fuerte influencia en la zona de la desembocadura de la ría Carreras y, por supuesto, el río Guadiana. Tanto de sur a norte, mientras nos alejamos de la costa hacia la N-431, como de este a oeste, desde la pedanía de El Pozo del Camino hacia Portugal, una sucesión de esteros (Tablazo, la Cruz, el Pinillo…) y caños nos muestran un humedal que ha sido fuertemente alterado por la acción del hombre.

Y es que, con muchas posibilidades de aprovechamiento económico, en las Marismas de Isla Cristina ha habido, y aún hay, salinas artesanales e industriales o depuradoras de moluscos, todas en funcionamiento, y una destacada agricultura tradicional. Las cubetas salineras marcan fuertemente el paisaje, dotándolo de personalidad, con un extraño aspecto desértico pero húmedo, y conviviendo con los esteros de las zonas menos alteradas.

En éstas se pueden admirar las especies vegetales endémicas y observar cómo cambian conforme nos alejamos del litoral. Así, el barrón y el alhelí dejan espacio a los almajos y espartinas primero, y a los pinos, retama, sabina y demás matorrales mediterráneos típicos.

Las marismas de Isla Cristina fueron declaradas Paraje Natural hace ya 33 años (ley 2/1989, de 18 de julio) y por tanto, dotadas con un nivel de protección por la Junta de Andalucía. También está declarada zona de especial protección para las aves porque es referente para más de 140 especies al ser lugar de paso, invernada y cría. Flamencos, espátulas, charranes, canasteras y, por supuesto, gaviotas, pueden ser observados aquí.

Otro de los elementos diferenciadores de las marismas de Isla Cristina son los molinos mareales. Inventados en Irlanda del Norte en el siglo VII, se instalan en zonas como esta, sensibles a los movimientos de las mareas y de fácil acceso para el hombre. En su edificación es fundamental la construcción de un embalse, que se llena de agua con la pleamar. Cuando se considera que la marea ha bajado lo suficiente para que el agua almacenada caiga con fuerza, se abren las puertas del embalse para que vuelva a su sitio natural. En su trayecto mueve unas ruedas que, a su vez, hacen girar a la piedra de moler.

La revolución industrial y las nuevas formas de producción de energía provocaron que los molinos iniciaran un lento declive, sustituidos por máquinas de molienda movidas por vapor o electricidad. El último uso que se conoce fue en los años cincuenta del siglo pasado, de forma casi clandestina, reutilizando algunos que a pesar de estar abandonados presentaban un buen estado de conservación y debido a las necesidades provocadas por la guerra civil.

La Asociación de Amigos de los Molinos Mareales del Litoral Onubense, entidad que desde 1997 ha investigado exhaustivamente sobre la herencia de estas instalaciones, documentó la existencia de casi 70 en la provincia de Huelva y 36 de ellos fueron incluidos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía. También trabajó por la restauración de uno de ellos, el de El Pintado, en las salinas de Isla Cristina, cerca ya de Ayamonte.

Esta restauración se llevó a efecto en 2007 y fue culminada dos años después con la inauguración del centro de interpretación y Ecomuseo del Molino Mareal El Pintado. Tiene un fácil acceso en coche, aunque lo recomendable es llegar hasta allí a pie o en bicicleta desde Ayamonte o, en el otro lado y más lejos, desde El Pozo del Camino después de un bonito paseo por las marismas en el que te encuentras otro molino mareal.

El Ecomuseo de El Pintado organiza visitas guiadas y promueve la realización de múltiples actividades con el objetivo de que los molinos mareales, parte importante de nuestra historia económica, industrial y medioambiental y característicos de las Marismas de Isla Cristina sean conocidos por todos los andaluces. juntadeandalucia.es

 

 

 

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