16 abril 2024

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Isla Cristina: Una puesta de sol que bien vale un viaje

Isla Cristina: Una puesta de sol que bien vale un viaje

Armando Cerra.

Se elaboran de forma constante rankings con las mejores playas, los pueblos más bellos, los platos más sabrosos, y así con cualquier otro posible reclamo turístico. Por ello también se crean periódicamente las listas de las puestas de sol más hermosas.

Pues bien, entre los atardeceres más atractivos de España siempre deben aparecer los ocasos que se producen cada tarde en Isla Cristina. Contemplar ese espectáculo diario sobre el horizonte atlántico ya compensa una escapada hasta esta población de Huelva.

Faro de Isla Cristina

Faro de Isla Cristina Mónica Grimal

Aunque es cierto que este lugar de la Costa de la Luz onubense tiene más atractivos para los viajeros. Allí es posible darse un agradable garbeo por la plaza de las Flores o el paseo de las Palmeras para ir descubriendo lugares como el Museo del Carnaval en la Casa Patio San Francisco o ver el lugar donde residió el líder andalucista Blas Infante, quien ejerció como notario en la localidad hasta pocos años antes de que fuera fusilado en una Guerra Civil recién comenzada.

En Isla Cristina está una de las lonjas más dinámicas y vitales de Andalucía

También es de lo más interesante recorrer las marismas y salinas de enorme valor ecológico. Sin olvidar que es obligado acercarse a las inmediaciones del puerto pesquero, para comprender porque en Isla Cristina está una de las lonjas más dinámicas y vitales de Andalucía. Algo que luego se manifiesta de forma suculenta en las raciones típicas y en la gran tradición de conservas, los mejores souvenirs que se pueden adquirir en la zona.

De hecho, la riqueza pesquera y la cercana sal fueron los alicientes para que se originara la población. Y no hay que pensar que eso ocurrió hace siglos y siglos. En realidad, no hace tanto. Fue pasada la mitad del siglo XVIII cuando aquí se establecieron pescadores llegados desde Catalunya y Valencia para comenzar a explotar los cercanos bancos atuneros y de sardinas.

Conchas traídas por el Atlántico

Conchas traídas por el Atlántico Mónica Grimal

No obstante, si tanto el espacio protegido del paraje natural Marismas de Isla Cristina, como la corta pero intensa historia de la población, son una invitación a disfrutar de la localidad, no hay que olvidar que la gran razón para visitar Isla Cristina es gozar de sus plácidas playas.

La Punta del Caimán junto al faro, la playa de la Gaviota o la Central se encuentran en el propio casco urbano de Isla Cristina, pero la franja de fina arena dorada se prolonga hasta el cercano núcleo turístico de Islantilla. En total son 12 kilómetros de playas flaqueadas a un lado por las aguas del océano y al otro por la sombra de los pinos y los eucaliptos que crecen junto a las dunas.

Pinos y eucaliptos de litoral

Pinos y eucaliptos de litoral Mónica Grimal

Aunque la playa físicamente es una, cada tramo tiene su nombre, como la playa del Camping llamada así por motivos obvios, o la de la Casita Azul, donde hay una construcción de ese color que actualmente se ha transformado en centro de interpretación para mostrar la riqueza natural de este paraje. Y un poco más allá, llegando a Islantilla, está la playa Taray o de Redondela, donde se levanta la ermita de Nuestra Señora de la Esperanza, a la que se acude en romería regularmente.

Estas playas, como es habitual en la Costa de la Luz, son tan grandes que incluso en verano es fácil encontrar un hueco. Aunque dada la bonanza climática de una latitud tan sureña, la visita es apetecible todo el año. La temporada del baño comienza desde los primeros días de la primavera y se prolonga hasta avanzado el otoño.

Amanecer sobre Islantilla

Amanecer sobre Islantilla Mónica Grimal

Y cuando no es posible darse un chapuzón, es agradable pasear o tumbarse a tomar el sol. Desde el alba, tan rápido como brillante, hay gente y conforme avanzan las horas aumenta la afluencia. Algunos corren por la orilla, otros caminan descalzos buscando conchas, los hay que saludan al sol haciendo yoga, o se ve a pescadores que plantan su caña a ver si hay suerte. Y siempre hay quien no mira el calendario y no perdona un baño, aunque deba recurrir al neopreno.

Tampoco es extraño ver a apasionados del kitesurf intentando cabalgar las olas cuando sopla el Poniente. Aunque no es la única forma de cabalgar en estas playas. Son habituales los paseos a caballo, tanto junto al mar como al resguardo de los pinares. En definitiva, que cualquier día y hora valen para disfrutar de estas playas de Huelva.

Su litoral es un magnífico mirador para contemplar el ocaso y la paleta de colores que surge en el cielo

Pero si hay un momento especialmente propicio, ese lo marca el recorrido del sol. Isla Cristina se alinea a la perfección con el itinerario de este a oeste que sigue cada día el astro rey. Así que su litoral se convierte en un magnífico mirador para contemplar el ocaso y la asombrosa paleta de colores que surge en el cielo. Se mire desde donde se mire.

Hay quien prefiere sentarse en las dunas, los hay que se acercan a las marismas, otros buscan una terraza cerca del faro o de la desembocadura del río Carreras. Da igual, porque el show de luz y color cuando se pone el sol en la Costa de la Luz siempre supera las expectativas.

Atardecer sobre Isla Cristina

Atardecer sobre Isla Cristina Mónica Grimal

Todo un acontecimiento que inspiró los versos de Juan Ramón Jiménez, Gerardo Diego, Rafael Alberti o Luis Cernuda quien describió esta ceremonia diaria así:

“Atardecer, en verano, hacia la costa atlántica del sur, un paisaje en penumbra bajo el cielo de verdoso azul, que como metal ardiente al enfriarse, solo una roja lúnula traslucía allá en el horizonte”.

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