19 abril 2024

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El Isla Cristina arranco un valioso punto en Valverde

El Isla Cristina arranco un valioso punto en Valverde

Javier Monterroso.

El VAR se hubiera puesto las botas. Dos expulsados por cada equipo. Ambos, por doble cartulina amarilla. Primero, Víctor Pachón; y más tarde, Zamorano. No se juzga la intencionalidad, ni la peligrosidad de las acciones, pero sí la imprudencia del juez. El partido le desbordó. Con otra conciencia, Praena Delgado se hubiera ahorrado la rabia de todos. En definitiva, el caos.

Lo ordenamos todo, no se preocupen. Al cuarto de hora, Quini se marcó media tijera o tijera entera para adelantar a los isleños. Lo hizo desde dentro del área. Nacho no pudo volar hasta el palo. Todavía sonaba el eco de la celebración, cuando Pachón vio la roja. Muy rigurosa. La expulsión parecía la sentencia definitiva para una Olímpica con la carne abierta.

Parecía. La Olímpica se levantó e igualó el choque por medio de Sergio. El centrocampista llegó desde la segunda línea para adelantarse a los centrales en un saque de banda. Giro con el exterior y esférico ajustado al poste más lejano. Tampoco esta desgracia vino sola. Cuatro minutos después, con cierto tufo a compensación, Zamorano se marchó al vestuario con la estela de una cartulina roja.

El descanso apaciguó las tensiones. Suficiente calor hacía ya sobre el Javier López. Ni los tiempos muertos para refrescarse evitaron que el partido, por momentos, se rompiese. Fruto de esta desorganización, irrumpieron multitud de oportunidades. Braulio de cabeza, Canterla al centro, Iván al lateral de la red, Vizcaíno desde la frontal. Ninguna como las que tuvo la Olímpica en la recta final del partido.

Los siguientes párrafos pueden herir la sensibilidad del aficionado valverdeño. Fue increíble. Samu centró al segundo palo y Braulio, solo, como Mateo, remató mansamente de cabeza. El portero, un santo sin velas, repelió con su mano derecha el balón, que le volvió a quedar muerto al sevillano. Tampoco fue suficiente. Luego se llevará la mano a la oreja cuando transforme cualquier penalti.

El escenario se repitió poco después con dos nuevos actores. Samu volvió a pasear la pelota por la línea de la muerte, pero Antón no acertó. Digámoslo así. Tampoco el canterano Lorca, que, con el balón en sus pies y la portería frente a sus ojos, estrelló el esférico en la pierna de un rival. Ver para creer.

El resto del encuentro fue muy igualado. Sin mandos. Con alternancia en los contragolpes. Y más sangre que cerebro. Así finalizó otro derbi provincial, que deja a ambos conjuntos en alerta naranja. Penúltimo (Isla Cristina) y 15º (Olímpica Valverdeña) sin conocer la victoria en cuatro jornadas que se llevan disputadas.

 

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