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El IAPH propone ocho rutas que son historia viva de Andalucía para celebrar el Día Internacional del Paisaje

La singularidad, los contrastes y la historia que alberga es lo que diferencia el paisaje del territorio y es justo reconocer su valor. Por eso, más de un centenar de ellos están registrados como lugares ‘de interés cultural de Andalucía’ y hasta tienen un día mundial, en concreto este 20 de octubre, con el que se pretende animar a las autoridades a adoptar políticas para su protección y conservación.

Para celebrarlo, el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de Andalucía (IAPH), dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, ha propuesto ocho rutas en dos escalas, cuatro provinciales y otras cuatro locales, para conocer estos paisajes que son joyas patrimoniales. Todas ellas han sido diseñadas por técnicos y profesionales de la institución con fichas didácticas, redactadas con el máximo rigor histórico y científico.

Un buen ejemplo de esta riqueza que ofrecen los paisajes culturales es la ruta de Almería, que dispone de ocho paradas. Para recorrerla será necesario el GPS, ya que vertebra la provincia de punta a punta. Este itinerario se detiene en enclaves como el desierto de Tabernas, que ofrece una paleta de colores ocres, blanquecinos y grisáceos, con los antiguos escenarios de rodaje como principal atractivo. El yacimiento prehistórico de Los Millares, los viñeros de Ohanes o las salinas del Cabo de Gata, que combinan el tramo montañoso de la sierra con una enorme llanura, son otros lugares en los que detenerse.

Sin salir del territorio almeriense, otra de las guías está dedicada al municipio de Vélez-Blanco, también incluido en el Registro de Paisajes de Interés Cultural. Uno de los atractivos más singulares es la presencia de yacimientos y cuevas de gran valor, contempladas en la declaración de la Patrimonio Mundial de la Unesco de 1998, al estar integradas en el Conjunto del Arte Rupestre de la Península Ibérica.

Las rutas locales se detienen también en Carmona (Sevilla), Montoro (Córdoba) y Casares (Málaga) para conducir al visitante por la trama urbano y la riqueza monumental y descubrir las huellas del pasado. Estos contrastes son los que caracterizan la propuesta del IAPH, que recorre otras tres provincias más, entre ellas Huelva, con especial atención al entorno minero de Río Tinto, donde el terreno está profundamente transformado por los vacíos extractivos, la acumulación de residuos y las infraestructuras industriales. De ahí, se desplaza a los parajes naturales de Isla Cristina, Sanlúcar del Guadiana o los caminos de la romería del Rocío a través del Coto de Doñana.

Vista de la localidad sevillana de Carmona.

Vista de la localidad sevillana de Carmona.

La propuesta de Granada parte de Montefrío y recorre el paisaje molinero de los Tajos de Alhama, la Sierra de Lújar, los campos de labor del Barranco del Proqueira y la Tahá, en la sierra de la Alpujarra. Además, alcanza hasta el paisaje megalítico del Valle del río Gor, una de las últimas paradas.

La tercera guía vertebra la provincia de Jaén, donde el olivar es el gran protagonista. El cañón excavado por el río Quiebrajano, al sur de la capital jiennense, recorre un territorio de formaciones montañosas y pendientes escarpadas hasta llegar al pantano del mismo nombre. Ese es el punto de partida de esta ruta, que atraviesea el paisaje oleícola de Sierra Mágina, el nacimiento del Guadalquivir en Cazorla y núcleos urbanos como Chiclana de Segura y Aldeaquemada.

A estas Rutas por los Paisajes de Interés Cultural de Andalucía puede accederse mediante la Guía del Patrimonio Cultural de Andalucía y, en español e inglés, a través de la plataforma interactiva Wikivoyage. En este trabajo del IAPH, al que se puede acceder a través de este enlace, cada uno de los parajes se difunde como lugar especialmente connotado por el asentamiento de comunidades, la creación de sistemas de comunicación y trasportes, el desempeño de la seguridad y la defensa o los sistemas de obtención y transformación de los recursos.

Las rutas son, igualmente, una buena opción para descubrir la belleza de las calidades estéticas y sensoriales de estos paisajes, sus legados monumentales, la posibilidad de degustar la gastronomía local, conocer los modos de vida y las tradiciones o de interpretar los testimonios de cómo han sido percibidos a lo largo de la historia por pintores, escritores, viajeros, o geógrafos, o cómo son percibidos actualmente por las personas que los habitan.

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