Cortometrajes. Última Sesión del Festival de Cine de Islantilla.
Y llegó la noche de la décimo cuarta sesión de cortometrajes. La noche del jueves se proyectaron las últimas ocho piezas hasta llegar a las cien obras que componen la magna Sección de Cortometrajes. El cine procedente de Argentina, España y Malasia pusieron punto y final a las obras de pequeño metraje de esta décimo tercera edición del Festival de Cine de Islantilla.
‘Un cuento al revés’ de Inés Pintor Siera y Pablo Santidrián abrieron magistralmente la noche con una historia de una pareja rota que hace todo lo posible por intentar recomponerse sin llegar a lograrlo. Nadia de Santiago y Ricardo Gómez devoran a sus personajes. Qué grandes son los dos. Cómo se miran. Cuanto talento. La primera producción andaluza de la noche fue ‘Una mujer feliz’ de Toñi Martín. na lleva una vida completamente plena y satisfecha. Hasta que de pronto, comienza a padecer una extraña e inexplicable enfermedad que alterará todo su mundo. Una maravilla al servicio de una extraordinaria Carmen Baquero. ‘Verano’ de Juan Antonio Valdivia nos hable de los últimos días de verano de Lucas en el pueblo, un chico de 20 años, queva a un lago a pasar la tarde con sus amigos. Allí descubrirá que tal vez no es el lugar donde debería estar. Rodada con suma belleza a la altura de su excelente propuesta. La otra apuesta andaluza de la noche la trajo Gonzalo Visedo con ‘Vivir en paz’. Una historia de encuentros fortuitos entre una camarera y un cliente esporádico. Martxelo Rubio y Sandra Ferrús en estado de gracia bordan sus personajes. Ellos nos llevan de la mano por toda la trama. Ambos hacen un trabajo magistral. Desde Malasia vuelve a Islantilla el realizador Gwai Lou con ‘Wounds’. Una historia circular en la que los personajes se ven obligados a enfrentarse a sus propios pecados. Una obra de arte con una impecable factura técnica. El cine oriental hace tiempo que nos da lecciones visuales. Ese cortometraje es buena prueba de ello. El acento iberoamericano lo puso la cinta argentina ‘Y la lluvia también’ de Melchor Tame. Una casa, dos amigos adolescentes, el deseo por la madre de uno de ellos, la lluvia. Cada elemento encaja a la perfección en una obra redonda, a la altura de lo mejor del cine argentino. Bravo. La animación, gran protagonista de esta edición, se completaba con ‘Yo’ de Begoña Arostegui. Para el protagonista todos los días se parecen un poco. O más bien se parecen demasiado. Las mismas rutinas se repiten una y otra vez con atroz monotonía. Una talentosa animación que viene a demostrar una vez más el buen hacer del cine español en esta materia. Y cerraba la Sección Oficial la obra de Javier Valenzuela ‘Yo también quiero te’. Guillermo, un joven introvertido, mantiene una conversación en el cuarto de baño con Laura como todos los días. Pero hoy Guillermo está más nervioso, ya que tiene una cita importante después. Un magnífico David Verdaguer da vida al protagonista, que con la ayuda de Valenzuela eleva a la trama al más alto nivel. Un cierre final maravilloso para un año de gran talento de los cortometrajistas.
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