Dentro del incomparable marco de la Plaza de San Francisco, al toque de la campana de la Casa Hermandad del Rocío de Isla Cristina, el pasado viernes primero de julio, se escucharon los primeros toques de la guitarra de Miguel Gómez y la percusión de Juan Manuel López dando entrada a Aida Ramírez para entonar el “Dios te Salve” de Los Romeros de la Puebla, con esa hermosa voz y arte que la caracteriza y que consiguió erizar el vello a toda la gente que se congregó alrededor de ella, provocando una fuerte emoción y una gran ovación.
Y luego siguieron las sevillanas. Unas sevillanas lentas, tranquilas, con las que, de nuevo, provocó muchos sentimientos encontrados y que, como se suele decir, dejó un fantástico sabor de boca porque Aida Ramírez es todo sentimiento, emoción, dulzura… Unas oraciones cantadas que provocaron esa magia que sólo los grandes saben transmitir y que ella, sin duda alguna, lo hizo como un auténtico ángel.
