Anoche comenzaba la Sección Oficial del 12 Festival Internacional de Cine bajo la Luna de Islantilla. Y lo hacía con el primero de los doce largometrajes que se disputan el Premio Luna a la mejor película de esta edición. China ha sido la encargada de inaugurar las proyecciones. El gigante asiático nos trajo “Animal World” de Lam Can-Zhao, un título experimental en blanco y negro que mantuvo hipnóticos a los espectadores.
En la primavera de 2017, después de terminar el documental “Animal World”, el cineasta Ouyang Dong giró su cámara a una mujer extranjera, que resulta ser una muñeca inflable que casi se ahoga. A través de los interminables silencios, el cineasta chino hace una parodia de la incomunicación y la censura cinematográfica. Usando el arma de la comedia surrealista, nos adentramos en una hilarante historia que le sirve al director como telón de fondo para narrar una cruda realidad. La impotencia del creador a expresarse con total libertad. Una vez más, la comedia se convierte en la mejor vía posible para la denuncia social. Un brillante comienzo para un Festival que acaba de arrancar.