28 marzo 2024

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Las Cosas de Goyo “Monumentos cutres en las rotondas”

Las Cosas de Goyo “Monumentos cutres en las rotondas”

De un tiempo a esta parte, no sé si influenciados por el arte moderno que tanto me gusta, nótese la ironía; parece ser que se ha puesto de moda poner monumentos inútiles y feos en las plazas de los pueblos. Y lo que es mejor, en las rotondas. No hay mejor sitio en los que poner monumentos que en las rotondas. Como veréis, los ayuntamientos tienen poca vista.

Lo primero porque los monumentos suelen ser feos de cohone, vamos, feos con ganas. Que ninguna persona sin tener el sentido del gusto atrofiado le puede gustar. Y es más, yo creo que ni siquiera al autor le gusta…
De todas formas, estos monumentos tienen su parte buena, es decir, fomentan la imaginación de las personas. Porque claro, tú llegas a una rotonda, ves cuatro piedras una más grande que la otra rodeando a un palo en el centro y oye, empiezas a pensar cosas. ¿Qué será? Es como el juego del veo-veo, empiezas a intentar adivinar qué leches significa la escultura, por llamarla de alguna manera, que tienes delante de tus ojos. ¿Será una alegoría de las familias? ¿Será una veneración a un Dios antiguo? ¿Será el caimán? ¿Será el caimán? ¿Que se va por la barranquilla? Qué sé yo.

El caso es que a pesar de fomentar la imaginación, fomenta otras cosas mucho peores. Como por ejemplo, accidentes. Es decir, tú vas por una plaza de un pueblo y te encuentras con una escultura de esas, te quedas tan embobao pensando e imaginando si será un caimán o una veneración al Dios de la marihuana que al final te la pegas. Porque está claro, los políticos mucho decir: “No a la droga, no a la droga, las drogas son malas y te matan, fuera, fuera”. Y luego pagan del bolsillo de los ciudadanos unos monumentos que fomentan la droga entre los jóvenes. ¿Por qué? Os preguntaréis. Pues está claro, tú cuando ves un monumento de estos dices: “Joder, a saber lo que se habra fumado el pavo este cuando diseñó el truño de monumento que han puesto en esta plaza”. Y claro, la gente joven, ve que ese tío que ha creado esa mierda cobra un pastón por ello, y dicen, voy a enchufarme a porros a ver si me sale un cagarron de estos y me forro con dinero del contribuyente.

Porque amigos, estos monumentos los pagamos nosotros, y luego os preguntáis porque no mejoran aquella escuela, o no hay más camas en el hospital, o no mejoran las carreteras llenas de baches… Pues porque el alcalde prefiere darle el dinero a su primo que hizo la carrera de Bellas Artes, le da un dineral del erario público, y luego van a partes iguales.

Y aquí paz, y después gloria.

Goyo Gonzalez. Marzo 2.017

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