28 marzo 2024

El tiempo - Tutiempo.net

La pintura con nostalgia del isleño Manolo Cuervo se expone en Sevilla

La pintura con nostalgia del isleño Manolo Cuervo se expone en Sevilla

Marta Carrasco.

Manolo Cuervo (Isla Cristina, Huelva 1955), vivió en los 80 del pasado siglo la gran movida que tuvo lugar en Sevilla y que no sólo destacó en artes plásticas con los pintores de la época, sino también lo hizo el mundo del diseño, y, sobre todo, la música.

«ADN. Crónicas urbanas en alta fidelidad», que se ha inaugurado en la Casa de la Provincia, es una exposición llena de nostalgia y alguna melancolía. En los lienzos y papeles de Manolo Cuervo, aparecen muchos iconos que llevamos en nuestro ADN sentimental y cultural.

«Esto es parte de la serie de lo que yo he hecho en estos últimos diez años. Justamente hace diez años que me mudé del barrio de San Lorenzo a Castilleja de la Cuesta. Y fueron una acumulación de coincidencias. Me mudo, empieza la crisis y el diseño desaparece. Yo llevo toda mi vida trabajando como diseñador y como pintor y soy conocido como cartelista de Cita en Sevilla, festivales de jazz, teatro…, me mudo y nos quedamos sin trabajo todos los diseñadores, y entonces me dedico mucho más a la pintura»

Confiesa el artista que trabaja muchísimo y que hay más obra de la que se muestra en la exposición: «Son acrílico sobre lienzo y hay algunas piezas que son un decollage, coloco mis propios carteles y los voy arrancando, como si fuera en los muros de la ciudad, y sobre ellos intervengo y pinto imágenes».

Recorrer esta muestra sitúa al espectador en una nostalgia cultural importante, de un mundo en el que todos eran más jóvenes e, incluso, más libres.

«A mi no me gusta mirar hacia atrás, pero son mis recuerdos y, además, saco muchos elementos para mis cuadros de los carteles que he hecho. Me inspiro en la publicidad, en el cómic y, sí, quizás hay algo de nostalgia porque fue la pintura de mi generación. Recuerdo cuando hice ese retrato de George Harrison, que había sacado el primer LP con tres discos; la boda de John Lennon y Yoko en Gibraltar…».

«Me gustaría ver mis cuadros en una película de Almodóvar, me gustan los que mete en sus filmes»

El jazz está muy presente en la obra de Manolo Cuervo porque vivió en primera persona aquellos grandiosos festivales de Jazz que tuvieron lugar en la Sevilla de los 80.

«Jazz y Cita en Sevilla. Me he tirado muchos años detrás del escenario con los músicos, y siempre con la pena de no hablar inglés y poder comunicarme. He estado con Frank Zappa, con Leonard Cohen y siempre con traductor. Frank Zappa era encantador y a Leonard Cohen le pedimos que le firmara la entrada y una capa de una amiga mía. Cohen limpió la mesa para poner la capa, con las servilletas de la Cruzcampo».

Pero también vivió experiencias con B.B. King, Miles Davis, Ornette Coleman… «Coleman pidió conocerme porque le gustó el cartel y como yo no hablaba inglés, no entré a saludarlo. Me arrepentiré toda mi vida. Y Miles Davis quiso hablar conmigo porque quería ver mis cuadros en mi estudio… y yo no estaba. Fue al estudio de Curro González y de Ignacio Tovar».

Vanessa Gómez
Vanessa Gómez

Dice que en Sevilla los pintores se acercan mucho al pop. «Yo quizás sea el más popero, mi pintura tiene mucho de gráfica. Recuerdo aquellos cuadros decimonónicos del arte contemporáneo, de la pintura-pintura… pero hay muchísimos pintores como Kipemberger que han pasado por el diseño. Por eso, yo al cuadro si no le meto textos, lo veo inacabado».

Le preocupa mucho la situación actual del mundo del diseño, que ha sido el suyo. «No está muerto pero está muy mal. El problema es que antes había diseñadores y hacíamos diseño de autor, y ahora los técnicos de cultura con un programa de ordenador están haciendo los carteles. No un diseñador, no, un técnico del área de Cultura. Es una intrusión absoluta. Y los diseñadores sin trabajo. No sé para qué existe una facultad de Bellas Artes formando diseñadores o una Escuela de Artes y Oficios y escuelas privadas, cuando no hay trabajo para diseñadores. Ahora tenemos los diseñadores mejor formados de la historia, y es cuando se están haciendo unos carteles horrorosos por no profesionales».

El mundo de Manolo Cuervo cambió un día radicalmente cuando hace cuatro años le llamaron de un lugar insólito para él: la Hermandad de la Hiniesta. «Yo dije que no, que lo que yo hacía no les iba a gustar. Me insistieron mucho y, finalmente, me convencieron. Querían contar con una obra mía. Lo que nunca me pude imaginar es que lo que al final hice les gustara tanto, más de lo que yo esperaba».

«Hoy tenemos los diseñadores mejor formados y hacen carteles técnicos de Cultura con un ordenador»

Pero la cosa no quedó ahí, porque la siguiente llamada fue de la Hermandad de la Macarena «y más de lo mismo, que querían algo más moderno. Yo me asusté como la otra vez, y les hice cuatro versiones para que eligieran ellos… y se quedaron con todas, y además, el que yo pensaba que era el cartel más agresivo y que iban a descartar, fue precisamente el que eligieron, y me ha encantado haber trabajado con ambas hermandades. Se han portado estupendamente conmigo, con un respeto con la obra tremendo».

Vanessa Gómez
Vanessa Gómez

Pero el anecdotario de este pintor no termina ahí, porque sus cuadros también se ven en películas de Hollywood. «Yo trabajaba con una marchante norteamericana de Los Ángeles que vendía a clientes que eran coleccionistas de arte europeo y también decoradores de cine».

Así que un día le mandaron un fotograma de «CSI Nueva York» donde aparecían seis cuadros suyos, «en una casa donde habían matado a alguien», relata, y también han aparecido en series como «Blacklist», «Disjointed», con Kathy Bates; «Dimension 404»… «pero nunca lo he visto, me mandan las fotos los hijos de los amigos».

Y su ilusión: «La verdad es que me gustaría ver mis cuadros en una película de Almodóvar. Me gusta mucho los cuadros que mete Almodóvar en sus películas. En la última se ven cuadros de Pérez Villalta. He pensado muchas veces que los Costus si no hubieran aparecido en “Pepi, Lucy y Bom”, hoy no serían nadie».

Parece que se anima la venta de arte. «En los 80 se vendía mucho. En esa época los museos se nutrían de obra para las colecciones y en los últimos años no han comprado ni un cuadro».

Pero es optimista en cuanto al arte en Sevilla. «Está como en los 80. Hay pintores buenísimos. Sevilla da unos pintores que te pueden gustar o no, pero son los mejores de España y están concentrados aquí. La ciudad es un avispero de artistas buenos», asegura.

 

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.