F. A. Gallardo: La vecina de abajo es el nombre de su espectáculo que estrenará el 4 de junio en San Juan de Aznalfarache. Carmen Frigolet es precisamente una de las vecinas de Allí abajo, la comedia de Plano a Plano que llega al remate de su segunda temporada con la boda de Carmen e Iñaki, aunque no será fácil que se digan el “sí, quiero” el martes próximo.
El trío en la serie lo completan Carmina Barrios, Luci; y Antonia Gómez, Piedad. Frigolet, de Isla Cristina, se ha forjado en los escenarios y platós sevillanos y es defensora de abrir el abanico andaluz para el humor de Allí abajo. Precisamente este final de la temporada se ambienta y grabó en Córdoba, en la ciudad donde en la ficción don Benjumea (Mariano Peña) tiene su palacete.
-¿Cómo ha sido esta segunda temporada de Allí abajo para usted y sus vecinas?
-Bien, pero me hubiera gustado más participación de nuestros personajes. Somos un trío con posibilidades. Nuestros personajes pueden hacer reír pero también tienen su lado dramático y sentimental. Tras el éxito de la primera temporada parecía que las vecinas iban a tener más participación. Creo que ellas podrían entrar en la clínica porque no se han interrelacionado con los otros personajes andaluces.
-En esta segunda temporada hubo varias incorporaciones claves, como el padre de Carmen.
-La incorporación de Pepo Oliva fue un gran acierto. Pero, desde mi experiencia como guionista, se han dispersado las tramas y personajes. Han aparecido muchos personajes episódicos y habría que fidelizar a los personajes que rodean a los protagonistas.
-Está confirmada la tercera temporada pero ¿cree que habrá más?
-Allí abajo está llamada a durar mucho más, porque es indudable que tiene tirón y ha de ir creciendo. La esencia debe seguir: los roces entre norte y sur, con todos sus tópicos. Creo que cuestión de ampliar las aventuras.
-Cuando ve Allí abajo ¿qué le parece?
-Me gusta muchísimo la factura, la realización es de calidad. Allí abajo no abusa de los decorados y utiliza la luz natural. Eso le da un resultado más cercano al cine que a la televisión. Sólo me gustaría ver más la vida personal de los personajes, profundizar en ellos más allá en el hospital. Lo que les pasa fuera de la clínica se queda en off y creo que asomarnos a esas situaciones podría ser muy divertido.
-¿Qué tal fue el rodaje nupcial en Córdoba?
-Lo grabamos hace un mes, durante dos semanas. Fue bonito porque además coincidimos todo el reparto. La casa de don Benjumea es el palacio de Viana y la boda se celebra en la iglesia de la Magdalena. La mitad del capítulo de hoy es en Córdoba y el final es todo allí. Eso es muy interesante: que salgan otros sitios de Andalucía en esta comedia.
-Llegar a la esperada boda de Iñaki y Carmen nos tememos que será bastante complicado.
-Pues sí, va a ser muy complicado ver si llegan al altar, y después si aceptan su amor. Vamos a vivir siete mil entuertos. Hoy, por ejemplo, vamos a confirmar si ha cambiado de sexo la madre de Carmen. Imagínate cómo puede reaccionar el padre…
-¿Qué puede decir de su relación con la auténtica madre de Carmen, de María León?
-De Carmina Barrios sólo puedo tener elogios. Carmina puede ser la mejor compañera que he tenido en mi vida. Es lo que ves: muy bondadosa, muy divertida. A la edad que tiene le ha llegado todo este éxito… lo lleva con esa naturalidad que le observamos.
-Su hija le piropea por su voluntad y sus aptitudes.
-Tiene muy buena “escucha”. Sabe orientarse muy bien con las indicaciones del director. Hay que tener una formación y ella se está preparando, pero tiene un don. Es muy lista. Digna de admirar.
-Y en teatro es usted también ‘La vecina de abajo’.
-Un espectáculo teatral que he producido, que se estrena en San Juan el día 4 y que girará por Andalucía. Son varias historias cruzadas, actuales, protagonizadas por mí, apoyadas por grabaciones de compañeros. Estoy muy ilusionada.
