La ronda séptima de cortometrajes abrió la noche del martes con ocho piezas procedentes de Francia, Italia y España. Animaciones y ficciones europeas que fueron muy aplaudidas por el público que cada noche disfruta de las más variadas propuestas que nos llegan bajo la luz de la luna.
El cine de animación comenzó la noche con “I wish…” de Víctor L. Pinell, que ya estuvo nominado al Goya este año en la categoría de animación. Una delicia visual rodada con sumo encanto para provocar las mejores emociones en el corazón del espectador. Desde Francia llegaba “Ici et Maitenant” de Aurélien Mathieu, un poema audiovisual con un precioso mensaje de fondo. La sutileza narrativa del director galo hacen que esta corta pieza sea una obra maestra. “Karma” de Armando del Río es el salto a la dirección del actor que se enfrenta a la dura historia realizada con un gran virtuosismo narrativo. Kepa Sojo vuelve de nuevo al cortometraje, tras rodar varios largometrajes, y lo hace con “Khuruf”, una inteligente propuesta en clave de comedia que nos relata una desternillante pericia familiar. Divertidísima. El cine italiano estuvo presente con “La fortezza” de Stefano Russo. Vito lleva diez años separado de su hijo Sebastiano. Lucía, la pareja de Vito, intentará reconstruir el vínculo roto entre ellos. Una delicia de historia. El terror tuvo su protagonismo con “La guarida” de Iago Soto, una inquietante propuesta que cortó la respiración por completo en el patio de butacas. Cine hecho para helar la sangre. Regresamos a Francia con “La jungle” de Victor Ohmer. Sima y Ava viven en un campo de inmigrantes. Huyeron de su país hace años, reclamando el derecho a vivir. Ahora están a sólo 33 kilométros del final de su viaje. Una soberbia propuesta que viene a demostrar el excelente estado de salud del cine francés. Y la animación volvió a cerrar la noche con “La noria” de Carlos Baena. Una filigrana audiovisual de una belleza absoluta. No hubo mejor forma de cerrar la noche.
