Comienza la carrera de los cortometrajes en la Sección Oficial para conseguir la Luna de Islantilla entre los 100 títulos en competición. Ayer martes fue el pistoletazo de salida de los siete primeros títulos. España, Brasil, Italia, Grecia y Reino Unido. Un auténtico abanico de historias procedentes de las más diversas culturas.
“A plena luz del día” de Isra Calzado López abrió la noche con una dura historia contada de una forma muy sutil que mantuvo en vilo al espectador. El duelo cara a cara de Carlos Olalla y Aitor Merino es fantástico. Desde Brasil llegaba “A sombra interior” de Diego Tafarel, con la historia de la mirada de un niño al descubrir un secreto. Brasil como siempre, a la altura del buen cine que hace. Y de Brasil pasamos a Italia con “Acquario” de Lorenzo Puntoni. Un poema visual con un estremecedor trasfondo. La belleza de sus imágenes sirven para narrar el horror en primera persona. Muy divertida la producción española “Almohada” de Jorge Gallardo, porque como su director nos cuenta, a través de ellas podemos descubrir infinidad de historias llenas de sueños y miedos. El cine griego estuvo representado por “Anchorwoman” de Ionanis Monastiropoulos. Una ambiciosa reportera sigue un camino oscuro hacia el éxito. Este desconocido camino la lleva a un cambio de vida con su abuela. Una telaraña familiar sólida y seca. Rotunda. También llenó a noche de emoción “Ashmina” de Derek Berenson, cortometraje británico con una joven heroína que se metió al espectador en el bolsillo. Emociones a flor de piel. Y cerraba la noche el cortometraje “Ato San Nen” de Pedro Collantes, que compite por tercera vez en el Festival de Islantilla. Una excelente Mabel Rivera lleva las riendas de esta película avanza poco a poco hasta llegar un inesperado y emotivo final.
